Historia

Bolívar León es propietario de la hacienda Isinche Grande, desde hace siete años, pero sus puertas están abiertas a los fieles del Niño de Isinche, una imagen milagrosa.Antiguamente, en la hacienda funcionaba un obraje,ahí nace la leyenda del Niño:


Antiguamente fue un obraje de la Congregación de los Jesuitas y acopiaban algodón. Este obraje se levanta al pie de la colina en un verde valle bañado por el Río Isinche, fue la hacienda más grande e importante del sector.
El obraje era una estructura de madera sin paredes, con techo de paja. Actualmente se encuentra en proceso de recuperación la casa grande ubicada en la cima de la colina, construida hace más de 100 años por el General y Ex-Presidente Leonidas Plaza, uno de los dueños de la hacienda. Un camino lleva hasta el patio central, adjunto se encuentra el templo y casa de oración, en este sitio se congregan unas 700 personas para la misa de cada domingo. La construcción de la capilla de veneración se terminó cuando la hacienda era propiedad de Francisca Gangotena. En la puerta de madera de ciprés se lee: "Acabose en el año 1743". La influencia del barroco italiano se hace sentir específicamente en la fachada principal de piedra (Pómez). En esta capilla se nota diseños de corderos que fueron recuperados en la reconstrucción, luego del terremoto de 1996. La estructura se dividió en dos y la imagen fue trasladada a una habitación contigua para preservarla. Actualmente se halla reconstruida, la Capilla tiene una forma rectangular de una sola nave, los cuadros de los marcos son de madera tallada con formas humanas y la vid (uvas). Fueron al inicio bañados en pan de oro que mostraba la riqueza de los "retablistas" del siglo XVIII. El interior tiene capas de pintura celeste y las piezas del altar mayor están cubiertas de pan de oro.


En la parte alta de Isinche se encuentra la casa del general Leonidas Plaza, una réplica de una mansión francesa. Tras el terremoto de Pujilí, en 1996, quedó casi en ruinas. Don Bolívar trabaja en su restauración, así como la del templo.

La tradición cuenta que el Niño de Isinche crece; como muestra están los más de mil trajes de todos los tamaños y motivos que se conservan en su santuario.
Dicen que es un niño juguetón y travieso, le fascina jugar en el campo con las flores blancas y los niños. Como prueba de sus paseos al río afirman que le han visto con los zapatos sucios y mojados, inclusive dicen que existe una roca con una huella de su pie grabada en ella, cerca al puente de San Juan.

El niño de Isinche a realizado una infinidad de milagros, es por eso que en su santuario existen varias placas de agradecimiento, además varios trajes de todos los tamaños, pues mientras va pasando el tiempo él, crece más y más.